Explorador de alma
El día empieza temprano para Carlos en Los Ángeles.
Si puede, surfea a las 5:30 a. m. antes de empezar su día repleto de llamadas por Zoom y correos electrónicos. A eso le sigue el entrenamiento de spinning y la cena con su esposa, Whitney, y su hijo de tres años.
El rol de Carlos como director creativo y cofundador de ACE Content es a lo que dedica la mayor parte del tiempo, pero no es lo único que hace. También es cofundador de Working Holiday, un estudio de diseño de interiores que creó con Whitney, y supervisa el lugar de retiro Casa Mami cerca de Joshua Tree.
Si bien un día normal refleja su cronograma laboral ocupado, su día perfecto es todo lo contrario. Cuando le pides que lo describa, Carlos empieza con una palabra: “al aire libre”.
Equilibra el caos de un día normal con la calma y la libertad de uno perfecto. Y advierte: “Nada en la naturaleza es compatible con la tecnología, y eso es perfecto”.
Por la ruta panorámica hacia California
Carlos creció en México, a una hora del océano, pero cuenta que la familia Naude nunca aprovechó la naturaleza y el aire libre. “Nunca sentí pertenencia”, expresa sobre vivir en la ciudad.
Por eso se mudó a los 20 años. Primero, a Tulum, cerca de la playa. Luego a lugares alrededor del mundo, como Suecia, Dinamarca, Nueva York y, finalmente, Los Ángeles. Es su hogar y el de su familia. “Aquí el clima es perfecto; siempre agradable”, afirma Carlos. “Es el lugar perfecto: se pueden ver todos los paisajes en tres horas”.
Algo que Carlos sí aprendió de sus años en México fue a disfrutar cada momento. Su abuelo le enseñó a valorar los recuerdos creados y el camino elegido, y a no centrarse en lo material como un destino. “El destino”, expresa, “son las vacaciones”.
No es la aventura.
La diversión empieza cuando la ruta se termina
Hay una cita famosa que también puede servir como el lema de Carlos: “De todas las rutas que tomes en tu vida, asegúrate de que algunas sean de tierra”.
Así es como Carlos ve las aventuras fuera del camino y en vehículos todoterreno. “No es una aventura a menos que algo salga mal”, afirma. “Te permite salir de tu zona de confort. Tienes un plan, pero resuelves el resto sobre la marcha”.
Ahí está la diversión: en salirse del camino conocido en un vehículo Can-Am, dejar el asfalto y descubrir nuevos destinos. La vida todoterreno le permite a Carlos ir a lugares a los que no podría llegar de otra manera, pero eso no es todo lo que hace.
Las aventuras en vehículos todoterreno le traen felicidad, lo recargan. Por eso se esfuerza en hacerlo lo más a menudo posible. “Tiene que ser tu prioridad”, afirma. “Hacerse el tiempo y planificar son la clave”. También lo es tener “una esposa muy muy comprensiva”, agrega.
Una aventura para recargarse y recentrarse
Carlos conduce para desconectarse del estrés laboral y de la rutina. Al desconectarse del trabajo, puede reconectarse con el lado de su personalidad que ansía la libertad y con las personas más importantes: Whitney y su hijo. “Ya no pienso solo en mí”, afirma. “Quiero que mi familia comparta mi amor por la vida al aire libre y se desconecte conmigo”.
Desconectarnos juntos para reconectarnos mejor entre nosotros. Carlos afirma que “el viaje para llegar a algún lado es el objetivo”. Quiere que los tres compartan esos momentos y las aventuras en el Can-Am.
Hacer lo que deseas
Como creativo orientado al diseño, Carlos encontró su par en el Can-Am. Afirma que los vehículos cumplen con todo lo que busca y tienen el aspecto cool que le gusta, y que la empresa le hace honor a su nombre más allá de la imagen de marca.
El Can-Am Commander es su vehículo preferido para todas sus aventuras. Es “muy fácil de maniobrar” y “combina perfectamente bien el trabajo y el ocio”.
Cuando se coloca el casco en un Can-Am, Carlos relega todo lo demás: los mensajes de texto, las llamadas telefónicas, los correos electrónicos… todo. Eso lo hace sonreír y reír. “Me hace sentir casi como un niño”.
¿Y qué aman hacer los niños?
Explorar el mundo en el que viven.