Terry Madden

Lo lindo de vivir improvisando

Terry Madden es una persona agradable a los ojos de cualquiera. Sus experiencias de vida, ya sea como hijo de la clase media tradicional, miembro del ejército de los EE. UU. durante ocho años, conductor de Can-Am o portavoz extraoficial de King of the Hammers, lo han llevado a desarrollar el hábito de convertir a los extraños en amigos de toda la vida.

Síguenos más allá del pavimento para conocer a este piloto que, aunque mantiene los pies en el suelo, cree que la vida es un pasatiempo y que explorar la naturaleza lo conecta con la tierra y con otros conductores todoterreno.

Las buenas decisiones dan buenos resultados

Terry Madden lo admite: no le gusta hacer planes, salvo que se trate de correr. Como corredor de Can-Am, Terry planea su año en función de carreras como BAJA 1000 y King of the Hammers. Su vida gira en torno a los seis a ocho eventos más importantes del calendario de carreras. “Y me aseguro”, dice, “de vivir entre uno y otro”.

Sus días comienzan como los de cualquier otra persona. “A la mañana me levanto y estoy un rato con mi perro”, dice. “Después voy a la tienda a las 9 a. m.”.

La tienda es HiRôAD, su “segundo hogar” en Yucca Valley, California. “Llené de historia y cultura el lugar”, dice. “Quiero que me trascienda”.

¿Y después de las 9 a. m.? Cuando no es temporada de carreras, su horario cada día es muy flexible. Él solo quiere hacer lo que disfruta, no lo que se espera que haga.

Terry no suele guiarse por las expectativas. “Preocúpate por disfrutar, no por lo que piensen los demás”, aconseja. “Si estoy satisfecho conmigo mismo, no importa nada más”.

Empujar los límites como forma de vida

Terry creció en una granja donde, según cuenta, “todo lo que había para entretenerse eran cosas motorizadas”.

Siempre le gustaron la conducción y las carreras, aunque empezó a practicarlas de más grande. Al terminar la escuela secundaria, se sintió “atrapado en un pueblo pequeño” y, para escaparse de allí, se unió al ejército estadounidense. Terry prefiere guardarse los detalles de sus ocho años de servicio, pero habla de su paso por las filas como una gran experiencia de vida, que le enseñó disciplina y le permitió viajar y conocer el mundo.

Después de eso, trabajó en la industria del petróleo y el gas antes de probar suerte en las carreras. “Me siento afortunado de trabajar de mi pasatiempo, de poder ganar dinero haciendo lo que amo”, dice.

Lo que más le gusta es la vida todoterreno, explorar la naturaleza para conectarse con la tierra y conocer a otros conductores. Así lo explica él: “Corro porque me ayuda a mantenerme activo y me da la oportunidad de hacer cosas divertidas”.

Terry dice que cuando empiezas a verlo como trabajo, deja de ser divertido. Para él, las carreras son un medio para un fin: “Me gusta correr y ganar, pero es más que nada una excusa para disfrutar de todo lo demás”.

En su mundo, la aventura es la recompensa.

Eres dueño de tus aventuras

Terry insiste en que donde termina el pavimento, comienza la aventura de Can-Am.
“Significa mucho para mí”, dice. “Es donde empieza la diversión. Los mejores momentos los he vivido fuera del pavimento”.

Para Terry, la aventura no es tanto vivir la experiencia, sino más bien ir acumulando recuerdos. “Lo importante son las personas”, afirma. “La aventura no tiene el mismo efecto en ti si no tienes con quién compartirla”.

Esto no significa que Terry lleve a sus amigos o familiares en cada escapada todoterreno. Parte solo sin problemas porque sabe que se encontrará con otros conductores apasionados como él. “Me voy solo y, nueve de cada diez veces, vuelvo con alguien”, explica. “Algunos de mis mejores fines de semana los pasé con extraños”.

Y agrega: “Algo pasa cuando te pones un casco. Es como si el resto del mundo desapareciera; ya no hay problemas”.

Es liberador.

Resuelve los problemas una escapada a la vez

Lo que más le gusta a Terry de la conducción todoterreno es la libertad y la falta de estructura. “Soy muy bueno para agarrar la mochila y salir sin saber a dónde voy”, asegura.

Inevitablemente, encuentra la manera de sentirse como en casa en cada viaje y cada destino. Terry cree que la conducción todoterreno puede romper las barreras entre extraños. De hecho, lo ayudó a encontrar una nueva comunidad. “Es una forma de conectarte con personas que piensan como tú. Nuestros caminos se cruzan porque nos gusta lo mismo”, concluye.

Terry dice que muchas de las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida pueden no haber tenido sentido para algunos, pero conducir vehículos Can-Am tiene sentido para cualquiera.

“Can-Am es sinónimo de familia”

Vivir la vida es su trabajo

La colaboración con Can-Am se dio de forma muy natural para Terry. “Es un equipo muy profesional”, asegura. “Nunca competimos realmente entre nosotros. Se siente como una familia”.

La asociación surgió a través de unos amigos que estaban en el equipo de carreras de la marca, que le dieron a Terry una muestra de la familia Can-Am. “Trabajo con mis amigos. O mejor dicho: me divierto con mis amigos y digo que trabajo”, dice riéndose.

Cuando se le pregunta acerca de sus vehículos Can-Am favoritos, Terry no puede dar una sola respuesta. “No podría renunciar a la velocidad y la diversión, así que el [Maverick] X3 siempre será mi favorito”, dice. Sin embargo, este año, Terry anda en un Can-Am Defender Limited y admite que le encanta el sistema HVAC del side-by-side.

En cualquier caso, los vehículos Can-Am lo impresionan tal como vienen de fábrica. Dan miedo, pero del bueno: son lo más parecido a un trophy truck de un millón de dólares.

¿Quién sabe a dónde lo llevarán sus aventuras?