G.X. Crochet Champagne

G. X. Crochet Champagne: ganándose un lugar

Una combinación perfecta de familia y negocios

Desde que se conocieron durante sus estudios de maestría en enología, Gaëlle y Xavier Crochet se enamoraron y los unió la pasión por el champagne. En la actualidad, son padres orgullosos de dos adolescentes y propietarios de una empresa vinícola familiar, de la cual se hicieron cargo.

Conózcalos para comprender mejor el espíritu de G. X. Crochet Champagne, la empresa de una pareja que demuestra que es posible combinar familia y negocios.

Efervescencia y técnica

El árbol genealógico de los Crochet está lleno de viticultores.

Xavier Crochet representa la séptima generación Crochet de viticultores, que viven de la tierra. Era inevitable: la viticultura corre por las venas de la familia Crochet. Xavier afirma que también estaba “un poco obligado” retomar el viñedo.

Primero, intentó con otras cosas. “Traté de retrasar el momento, por lo que me dediqué a estudiar”, cuenta. Crecer es un poco eso: alejarse de la única vida que conocemos para volver una vez que hemos madurado y estamos listos.

“En el fondo, sabía que iba a retomarlo”, asegura Xavier. “Ya lo decía desde pequeño”.

Tarde o temprano, los hijos de la pareja, Louise, de 16 años, y Pierre, de 14 años, heredarán G. X. Crochet (si lo desean). El instinto maternal de Gaëlle aflora: “No los obligaremos a que se hagan cargo”, señala. “Pero, sin dudas, si nos dicen que quieren tomar las riendas, haremos todo lo posible para ayudarlos”.

Refinar el champagne, en lugar de reinventarlo.

De su infancia en un viñedo, Xavier aprendió a valorar el esfuerzo y a amar la naturaleza. “Me parece muy noble y propio del campo”, afirma. Sin embargo: “Es complicado encontrar un equilibrio en la vida”.

A los 75 años, su padre sigue trabajando y vive cerca, con su madre, lo cual es una ventaja, ya que pueden pasar más tiempo juntos.

Aunque no se crió en un viñedo, Gaëlle asegura de todos modos que el vino es “una pasión familiar”. Recuerda que su padre le hacía oler el vino que estaba por tomar. “Pienso que todos tenemos la necesidad de volver a nuestras raíces”, afirma.

Incorporó la música, su otra pasión, a la empresa familiar. “Todas las cosechas tienen un nombre relacionado con la música”, señala Gaëlle. Es cierto: Harmonie 3.8, Accord de Blancs y Extrait de Noirs tienen todos el perfil de un buen vino y una buena sinfonía.

Xavier y su mujer se completan. “No cambié mi enfoque para hacer vino. Me encanta hacer lo necesario en el momento indicado”, comenta. “Gaëlle es mucho más artista, ella va más allá”.

El champagne, al igual que la música, requiere tiempo, perseverancia y rigor.

Siempre estamos aprendiendo


Según Xavier, existe una manera de describir la producción de vino y champagne en términos netamente prácticos: “Hacer vino es hacer una buena uva”, afirma. “Luego, hay que acompañar la degradación de la uva […] Esto se hace controlando el oxígeno”.

Es mucho más que eso, desde luego. El terroir juega un papel muy importante en la calidad de la uva. “Si no pones el alma en el champagne, el vino no tendrá gusto a nada”, asegura Gaëlle.

Xavier interviene para explicar que algunas cosas pueden cambiar en el aspecto subjetivo, pero no en lo cualitativo. “Nuestros champagnes son nuestro reflejo. Contienen una gran parte de nosotros. Contienen nuestras almas”.
Xavier intervient pour expliquer que certaines choses peuvent changer sur le plan subjectif, mais pas sur le plan qualitatif. « Nos champagnes nous reflètent. Il y a beaucoup de nous dedans. Il y a nos âmes dedans ».

Aportar su visión a la empresa familiar

Elaborar un producto de alta gama conlleva ciertos desafíos. En estos tiempos, es complejo encontrar empleados y fuentes confiables de suministro de materias primas para una pequeña empresa como la suya. Xavier añade: “El trabajo manual ya no apasiona a nadie, por lo tanto, es complicado”.

Para alguien tan meticuloso como él, los días de vendimia son una prueba. Xavier afirma que el periodo de vendimia siempre es frustrante porque todo cambia muy rápido: un día, todo indica que es el momento de cosechar y, al día siguiente, todo es diferente.

Sin embargo, si hay algo por lo que la pareja nunca se preocupa es la reputación de su producto. La denominación champagne está protegida y es muy respetada. Está todo muy bien determinado y esto tiene un gran valor. “Nuestra fortaleza es la palabra champagne”, señala Gaëlle. “La gente nunca dirá: ‘Tomé un G. X. Crochet’”.

Al menos por ahora.

Utilitario y divertido

La felicidad es estar todo el día al aire libre

Xavier admite que le cuesta delegar sin ponerse manos a la obra. Sin embargo, incluso para un obsesivo del trabajo como él, es diferente cuando trabaja con vehículos utilitarios side-by-side. “Una vez que lo tienes, lo aprovechas. Así de simple”, comenta. Habla del Defender como una “hermosa máquina utilitaria, ¡que además es muy divertida de conducir!”

Recorrer las viñas ayuda a Xavier y Gaëlle a priorizar sus tareas. Con estos vehículos, también pueden transportar todo lo que necesitan, como agua, comida y herramientas.

Gracias a los vehículos todoterreno Can-Am, que les permiten hacer las cosas más rápido en el viñedo, la familia tiene tiempo para relajarse. ¿Qué hacen cuando terminaron de hacer su recorrido y de trabajar? Les gusta tomar una copa con la familia y los amigos, con sus seres queridos.

Nos confiesan en secreto que prefieren el vino tinto antes que el champagne, ya que cuando toman champagne siempre se preguntan “¿Tiene algún defecto? ¿Tiene algún problema? ¿Podría haber sido mejor?”

En otras palabras, para ellos, el champagne ya no tiene ningún misterio.

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